Dulce Rafaela

Son las 2 y poco de la tarde de un día cualquiera de cualquier semana y no importa, hasta que nos enteramos de la noticia, y enseguida la tristeza y el agradecimiento por tanta alegría dada y talento derrochado, nos colma la mente y la boca.

Esa figura enorme, aquella diosa italiana que nos pobló la niñez y la adolescencia, y calentó con sangre del sur a tantas gentes con su ritmo, su baile y su belleza nos dejaba de este plano para pasar a ser incuestionablemente inmortal

Rafaela ha muerto, pero nos queda la primera vez de un cine en Buenos Aires en aquella jornada donde vimos la película del mundial 78 y para el final “Fiesta”, donde su áurea figura llenaba una pantalla, que cuando ella aparecía se agrandaba hasta romper los techos de la aquel cine de la calle Lavalle.

Me gusta pensar que se fué a un sur que no conocemos. donde se hace bien el amor, con el mejor de toda Santa Fé y que finalmente se encontro con aquel “Cariño Mio” con el que soñaba encontrarse, en aquella película junto a Jorge Martínez.

Rafaela te fuiste y me gusta decirte que la fiesta, no es tan fantástica si no estas ….