¿Por qué uno tiene cosquillas cuando lo toca otro y por qué no, cuando se toca uno mismo?

Las cosquillas son una sensación divertida e incontrolable que todos hemos experimentado en algún momento. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué tenemos cosquillas y por qué no podemos hacerlas nosotros mismos? En este artículo, exploraremos estas preguntas intrigantes12.

¿Qué son las cosquillas?

Las cosquillas son un gesto de unión social y de interacción1. Existen dos tipos de cosquillas: las knismesis y las gargalesis1. Las knismesis se producen cuando algo roza nuestra piel, como una pluma o un insecto. Este tipo de cosquilleo no nos hace reír, sino que es una reacción natural de nuestro cuerpo que nos alerta de una posible picadura1. Las gargalesis, por otro lado, son las cosquillas más intensas que suelen producir carcajadas.

 Estas no nos las podemos hacer nosotros mismos, sino que solo surgen si nos las provoca otra persona1.

¿Por qué tenemos cosquillas?

Las cosquillas cumplen varias funciones. Una teoría sugiere que gracias a este estímulo podríamos aprender desde pequeños a proteger las zonas más frágiles de nuestro cuerpo, como el cuello o las costillas. En la parte psicológica, las cosquillas se ven como una forma de unión social y de interacción entre amigos, familia y pareja1.

¿Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos?

Según un estudio reciente, nuestro cerebro atenúa la percepción sensorial cuando nosotros nos tocamos, a diferencia de cuando alguien más lo hace3. Esto explicaría por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos.

Las cosquillas son una parte fascinante de la experiencia humana. Aunque pueden ser una fuente de diversión, también cumplen funciones importantes, desde ayudarnos a proteger nuestras partes más vulnerables hasta facilitar la unión social. La próxima vez que alguien te haga cosquillas, ¡recuerda que hay mucho más en esta simple acción de lo que parece a primera vista!