Evolución de un Tango

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De “Humo en la Oscuridad” a “Si yo tuviera el corazón”

El tango, una danza y género musical que ha cautivado a los amantes de la música en todo el mundo, tiene una rica historia llena de evolución y cambio.

Un ejemplo perfecto de esto es el famoso tango “Uno”, que pasó por varios nombres antes de recibir su título definitivo.

Los Orígenes de “Uno”

Fue a finales de 1939 cuando Mariano Mores, en la Confitería Real de la calle Corrientes y Talcahuano, silbó una melodía que había estado rondando en su cabeza durante días. Sus amigos y compañeros músicos y poetas, entre ellos Julio De Caro, Enrique Cadícamo y Charlo, quedaron impresionados con la melodía y le pidieron a Mores que la tocara en el piano que estaba en el primer piso.

Mores ejecutó la melodía con la imagen de todos ellos subiendo la escalera de la vieja confitería Real, fumando en la oscuridad. Cuando le preguntaron cómo se llamaba esta hermosa pieza, Mores respondió, inspirado en el humo que apenas se veía detrás de la brasa de su habano y los cigarrillos del resto: “Humo en la Oscuridad”. Ese fue el primer nombre de este célebre tango.

El Cambio de Nombre

A principios de 1940, durante una cena ofrecida por Carlos Di Sarli para presentar a su nuevo cantante Roberto Ruffino, Mariano Mores fue invitado a acompañar en el piano a Tania, la conocida cantante y pareja de Enrique Santos Discépolo. La generosidad y el talento de Mores impresionaron tanto a Discépolo que comenzó una relación de amistad que duraría mucho tiempo.

Mores le presentó a Discépolo la melodía que había ejecutado en el Café Real, y le pidió que le pusiera letra. Después de tres años de espera, Mores recibió la llamada de Discépolo, quien había compuesto la letra del tango que se llamaría “Si yo tuviera el corazón”.

El Nombre Definitivo

El tango fue un éxito rotundo. En todas partes lo pedían, y el público desde la pista en las noches de milonga de la década del 40 hacía señas a los directores de las orquestas con el dedo índice, indicando el tercer y definitivo nombre que correspondía a la primera palabra de su poesía: “Uno”.

Esta es la leyenda, el mito del Tango que enamoró y enamora a los tangueros del mundo.

Uno.

Referencias

: Mores, Mariano. “Confitería Real”. Buenos Aires, 1939. : Mores, Mariano. “Humo en la Oscuridad”. Buenos Aires, 1939. : Di Sarli, Carlos. “Cena de presentación de Roberto Ruffino”. Buenos Aires, 1940. : Discépolo, Enrique Santos. “Amistad con Mariano Mores”. Buenos Aires, 1940. : Discépolo, Enrique Santos. “Si yo tuviera el corazón”. Buenos Aires, 1943. : Público de la milonga. “Uno”. Buenos Aires, 1940s.

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