Exilios Vitales

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Reflexiones sobre los desplazamientos interiores que atraviesan nuestra existencia

El exilio como experiencia humana

“Yo creo que no hay nadie que no se sienta exiliado en alguna circunstancia de la vida”,

Afirma la profesora Leticia Repetto al comenzar esta charla con Pedro Chajías en Radio Carmelo.

Y esa frase basta para abrir la puerta a una conversación profunda, que va mucho más allá del exilio físico o político.

El exilio, en su sentido más amplio, se transforma aquí en una metáfora de la vida misma: nacer, crecer, amar, envejecer, separarse, adaptarse.

Cada uno de estos momentos puede vivirse como un pequeño (o gran) exilio de una zona de confort, de un cuerpo que cambia, de una rutina que ya no es posible.


Exilio: “Saltar fuera de”

Etimológicamente, la palabra exilio proviene del latín exilium, que deriva de ex- (fuera) e ilium (saltar).

“Saltar fuera de” es entonces su significado literal, y Leticia lo retoma para pensar el exilio no como pérdida definitiva, sino como tránsito.

Como un movimiento —voluntario o forzado— que nos saca de lo conocido y nos lanza hacia lo incierto. Y, quizás, hacia lo nuevo.

“¿Qué es la vida si no es un viaje también de aprendizaje?”


Nacer: el primer desarraigo

Uno de los momentos más potentes de la conversación llega cuando Leticia describe el nacimiento como el primer exilio.

“Estábamos en un lugar calentito, con la temperatura ideal, sin tener hambre ni frío, y al nacer empezamos a sentir dolor, a depender de otros”.

La vida empieza con un acto de separación: dejar de ser uno con quien nos contenía, para comenzar a ser un ser autónomo.

Ese primer salto, tan vital como traumático, deja su huella.

Y en adelante, los ciclos de la vida nos siguen enfrentando a otros exilios: la adolescencia, con un cuerpo que cambia sin aviso; la adultez, con los sueños que se diluyen; la vejez, con un cuerpo que ya no responde como antes.


Los exilios del corazón

“Una separación también es un exilio”

Ya sea de una pareja, de los hijos que se van, o de amistades que se alejan.

“No encontrar un lugar donde sentirse cómodo es también estar exiliado”.

“No es su casa. Hay muchas razones válidas para que eso ocurra, pero no deja de ser un exilio afectivo”


Duelos, decisiones y destinos

“¿Qué exilios han tenido? ¿Qué duelos los acompañaron? ¿Qué exilios, con el tiempo, resultaron positivos?”

Y vos que pensas?

¿El destino está escrito o lo vamos creando? ¿Podemos cambiar el rumbo, o hay cruces de caminos inevitables, como los de Edipo?

“Chejov decía que con cada decisión cotidiana, uno va definiendo su destino”


Exiliados de nuestros hijos

En la parte final de la charla, Leticia plantea un fenómeno muy actual: padres exiliados del mundo adolescente por la velocidad del cambio tecnológico.

“Lo que se llama aceleración histórica hace que cada año quedemos más afuera de sus códigos, sus redes, su lenguaje”.

La obsolescencia ya no es solo de los objetos, sino también de las formas de vincularnos.

Y ahí vuelve la idea inicial: la vida es un viaje de exilios constantes. Algunos duelen, otros liberan. Todos nos transforman.


Participá del diálogo

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¿Qué exilios has vivido? ¿Cómo te marcaron? ¿Qué transformaciones trajeron a tu vida?

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